miércoles, 28 de enero de 2015

EL CRONICÓN DE LA EVOLUCIÓN también conocido como ROMANCE DE DON VACÍO Y DOÑA ENERGÍA

                                                                                                                      


Cuentan que en el Génesis            

Don Vacío solitario

preguntose si podría

estar más acompañado.



Y es que en esa época no había

¡nada! ¡ni tiempo, ni luz, ni espacio!

fijaos que aburrimiento:

¡ni fútbol, ni O.T., ni Gran Hermano!.



Surgió entonces Doña Energía

bella fuerza acalorada

que en sus brazos cayó rendida

dulcemente enamorada.



La pareja y sus pasiones

no pensaba en otra cosa

y ya se sabe, que no tomando precauciones

viene familia numerosa.



Llegaron así días más alegres

aunque ni en domingo descansaban

porque que al cabo de nueve meses

nació la criatura esperada.



La niña era La Materia

presumida y atolondrada

configurada en estructuras

que por capricho desmontaba.



Don Vacío y Doña Energía

la miraron con interés

preguntándose si podrían

llegar ahora a fin de mes.



Las partículas elementales

poco a poco se van juntando

compartiendo sus electrones

y sus cargas equilibrando.



Se forman figuras curiosas

¡Caprichosa es la materia!

¡Cuanta longaniza, cuanta esfera!

¡Cuánto enlace, cuanta cosa!.



La materia es caprichosa

y no le gusta ir despacio

poco a poco se nos queda

en pelotas el espacio.



Ya regía aquel entonces

el movimiento rutinario

de los astros y los soles

y el inexorable calendario.



¡Triste suerte de funcionario!

anunciaba sin compasiones

que después del plácido domingo

llegaba el puñetero lunes.



La materia se hace adolescente

en su cuerpo algo ha cambiado

Su prioridad es ahora

lucir un tipito más delgado.



“Mamá, quiero crear algo

que me diga que estoy guapa

que ya me aburro con estos átomos

y estas partículas desgastadas”.



“Hija, te lo dije antes

y con paciencia te lo repito

deberás crear un replicante

para lucir ese palmito”.



“Cuatro bases tiene

aquello que tu estás buscando

pero no sabes bien lo que se te viene

¡acuérdate del parque jurásico!”.



La niña materia, enamorada

en su empeño no cejaba

y como un dulce corolario

escribía en su diario:



“El príncipe de mis sueños

aquel que mi vida llene

vendrá en la noche, cabalgando

en su cadena de A.D.N.”



Y así nacieron variados

por las mutaciones y los cruces

hongos, virus y bacterias

sapos, peces y avestruces.



¡Aquello no paraba!

¡La célula se hace gusano!

Me quedo mirando una rana

y al rato la rana se convierte en pato.



¡Que variedad de animales!

cada uno ocupando un nicho

menudo lío tenemos

¡esto está lleno de bichos!.



Pero no todo era crecimiento,

no todo era explosión.

Se lamentaba algún fallecimiento

y alguna que otra extinción.



Aunque la suerte haga que sobrevivan

unos mejores y otros peores,

los animales, a coro, opinan

que ¡ya esta bien de extinciones!.



Parece que fueron meteoritos,

terremotos y glaciaciones

con tanto cataclismo, las especies dicen a gritos:

“¡bueno, ya vale, ya vale!

que estamos hasta los co*****”.



Y así sigue su curso

la historia de la evolución

unos marchan, otros vienen

y dada la situación.



un mono peludo se pregunta

y aquí, ¿que pinto yo?

El asunto no es en vano

complicada es la situación

mejor me como un plátano

y que sea lo que quiera Dios.



Otro mono se pregunta

si estoy aquí, haciendo algo

aunque en realidad lo que más le importa

es saber que pasa cuando uno se queda calvo.



Y aquí la historia se acaba

ya se ha hecho largo este cronicón

ya está bien de ceder la palabra

a Manuel de la Herrán Gascón.

          MANUEL DE LA HERRÁN GASCÓN
              Incluido en el libro ARENA SENSIBLE 
           http:// www.arenasensible.com/

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